23 marzo 2011

¿Qué es un Problema?

Aproximación a los problemas


Las estrategias de gestión de nuestros problemas a todo nivel: personales, grupales, organizacionales, sociales tienen relación directa con los modos en que entendemos lo que es un problema y de quienes son las  o la  persona dueña del problema. 

En muchas oportunidades pareciera que entendemos que los problemas son objetivos, son realidades externas a los seres humanos que los sufrimos.  Como si los problemas  tuviesen realidad propia, caminaran por la calle o estuviesen esperando que los veamos. 

En otras oportunidades también es posible ver que los entendemos como una realidad inseparable de quienes somos, por ejemplo, cuando decimos que tal persona “se está ahogando en un vaso de agua” o cuando decimos que tal otra persona “hace de todo un problema”.   

Para este curso, y en particular para poder profundizar en la dimensión ética de los problemas entenderemos los problemas como una relación entre un suceso (algo “objetivo”) y un dolor (una experiencia no grata de alguna persona).  Si no hay dolor no hay problema y por tanto todos los problemas tienen dueño, son de alguien.  Los problemas no tienen entidad propia, están siempre en relación a las personas que los viven como tales.  De aquí surge un aspecto central en la propuesta de fondo la matriz que estudiamos: Si quieres resolver un problema no puedes olvidar a quienes lo sufren.  “Si alguien nos dijera ‘tengo un tremendo problema, pero me da exactamente lo mismo’, inmediatamente pensaríamos que está mintiendo o que es un inconsciente. A la inversa, si nos damos cuenta que una persona está desanimada o cabizbaja, lo primero que se nos ocurre es que tiene un problema”[1].

Profundizando un poco más podemos ver que cada vez que vivimos con desagrado un evento, tenemos un problema, y se nos “aparecen” casi espontáneamente dos caminos de acción que son ambos, similar o igualmente dolorosos.  Si la experiencia “negativa” tiene, para quien la vive, solo una salida, diremos que tiene una dificultad o inconveniente, - sé lo que quiero hacer y cómo hacerlo, sólo debo abocarme a ello -, no un problema.  Si la experiencia negativa no tiene salida visible para quien la vive, - “no sé que hacer y esto me duele -, diremos que tiene una crisis. 

Así un problema tiene los siguientes componentes:

Evento + Dolor o molestia + Dos alternativas de acción “dolorosas”

En este marco entonces redactaremos el problema siguiendo la siguiente estructura:

“El problema de …..(la persona que los sufre y  desde la perspectiva de quien lo reflexionaremos), es decidir entre acción X … y acción Z…, porque , en principio,  X implicaría (tales consecuencias negativas)  y porque Z implicaría … (estas otras consecuencias negativas).  Por ejemplo:

El problema del Sr. Tantotanto es decidir entre (X) despedir a Juan o no despedirlo (Z), porque a despedirlo podría no ser justo ya que él no es el único responsable del error cometido, y porque no despedirlo sería malo para las relaciones de confianza que deben existir en esta compañía. 

Ejemplo  de Problema elaborado por un participante de la primera curso de ética que dí en la facultad: “Siendo estudiante de secundaria vi la película “El Día después de Mañana” quedé consternado por el problema que se planteaba para el pueblo mejicano: aceptar o no la inmigración de los estadounidenses huyendo del frío en su país, porque muchos de los ciudadanos que iban a entrar habían sido nada acogedores que los mejicanos y por tanto no se lo merecían y por otro lado sería una excelente oportunidad de enseñarles un trato decente a las personas que lo necesitaban”.
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[1] Tengo un problema… ¿Qué hago? Ensayo de Tecnología Humana”.  José Víctor Nuñez.  La Fuente Editores Ltda. Junio 2001. página 43

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