23 marzo 2011

El problema de María Olga. Clase 2, por Javier Walker

El problema de María Olga es si flexibilizar o no los horarios de sus empleados.  Si flexibiliza sus horarios puede que no cumplan con la factibilidad operacional de sus cargas y entreguen servicios de baja calidad.  Además con conllevaría a exigencias a los demás empleados.  Sino los flexibiliza , estaría demostrando un trato preferente a Daniela, que es un punto que está causando conflicto entre los empleados que cuentan con hijos los que no.  Además se estaría desvalorizando los objetivos personales de los empleados con hijos.

 Factores condicionantes:
-condiciones laborales de Daniela
- carencia de normas y reglas sobre horario flexible

- Trato preferencial a empleados con familia
- diferencias en condiciones
- restricciones de presupuesto para compensar la flexibilidad
- Bondad y parcialidad de María Olga
- el hecho que ella no haya tenido esas facilidades laborales



Factor Detonante: La petición de  Romina por ser tratada al igual que Daniela


Criterios:


Quien es más valioso para la empresa
qué decisión impacta menos el ambiente laboral
qué causaría menos daños


Aristóteles: crear una regla que permita elegir y solucionar el problema a futuro
Kant: Dar las horas que necesitan para sus horas personales
Mill:Dar la mayor cantidad de horas que se pueda sin afectar el trabajo del grupo
Gilligan: Sea cual sea la decision que se tome cuidar los sentimientos de los involucrados
Dussel: dar preferencia a los empleados con hijos
Habermas: Se debe llamar a todos para resolver entre todos la solución conjunta (future conference, etc.)


Cuál es mi propuesta?


Que John y Romina conversaran acerca de como podrían entre los dos compensar sis horarios flexibles y hacerle una propuesta a María Olga.

Mirada sistémica de la Ética Integrada: Factores Condicionantes y Factor Detonante

Desde la mirada sistémica en la que se inserta este curso los problemas tienen multiplicidad de causas.  Nos separamos así de la comprensión causa efecto de los problemas que es tan común en nuestra cultura pese a lo obvio de su ex temporalidad.  Desde gran variedad de perspectivas científicas y no científicas (física, psicología, sociología, filosofía, historia, etc.) hoy se habla de la realidad como un fenómeno que no es posible observar o describir sin considerarnos a nosotros mismos como parte activa de ella, y por tanto, ni existe la objetividad ni la simplicidad.  Ni sabemos exactamente lo que existe ahí fuera ni podemos entender que las cosas son un solo modo y, por ende, tampoco podemos mirar un fenómeno ético como si nosotros no fuéramos también parte de lo que decimos.  “Si soy parte de una observación, cualquier cosa que diga de algo en el fondo es también un comentario acerca de mí mismo.  Esta comprensión del conocimiento está ya subyacente en la física moderna, en la epistemología biológica, en algunas escuelas psicoterapeúticas, pero no es parte del pensamiento en que se apoya nuestra educación ‘oficial’ y, por lo tanto no se expresa en nuestra realidad cotidiana, ni en la organización de nuestra vida en la sociedad”[1]  

Así, entenderemos por causas o factores condicionantes aquellos elementos que explican la aparición de un fenómeno en su conjunto y que siendo necesarios no suficientes para comprender la aparición del problema.  Facilitan, promueven, condicionan, pero no obligan que a alguien le duela algo.  Parecen, a veces, determinantes, obligatorias, absolutas para el tomador de decisiones, pero, desde esta forma ‘sistémica’ de mirar, sólo condicionan.  La sabiduría popular lo expresa diciendo: “el horno no estaba para bollos”.  Los factores condicionantes suelen estar presentes en la situación antes, durante y después del problema, aunque en magnitudes diferentes.  Ejemplos de factores condicionantes para la aparición del problema “Revolución Francesa” para Luis XVI son: Las teorías filosóficas republicanas, los niveles de pobreza de gran parte de la población,   el alza del precio del pan, etc.


A su vez, el factor detonante es un evento o un grupo de eventos que ‘prenden la mecha’ o, “detonan” el problema.  El problema explota entonces siempre que la pólvora esté seca (factores condicionantes).  Muchas veces es visto como un accidente, pero si resulta que es efectivamente detona algo es porque ya había factores que lo propiciaban.  Algunos ejemplos son: El asesinato de Francisco José detona la Primera Guerra Mundial;  la invasión de Antofagasta detona la Guerra del Pacífico,  un corte de luz detona la explosión de artefactos eléctricos en una población, etc.  Así, entendemos que el factor detonante no basta por sí solo para que el problema aparezca, siempre va acompañado, antes, durante, y a veces después, de las causas condicionantes.

En síntesis si quieres resolver un problema debes preocuparte de la humedad de la pólvora, calidad, densidad (condicionantes) y del fósforo que la hace explotar (detonante).




[1] Francisco Huneeus, “Lenguaje, enfermedad y pensamiento”, 1986, p.13.



¿Qué entendemos por ética? [1]

“No emprenderemos esta pesquisa para saber qué sea la v i r t u d — lo cual no tendría ninguna utilidad—, sino para llegar a ser virtuosos”. Aristóteles: Ética a Nicómaco


Parafraseando al Aristóteles, no emprendemos este trabajo para definir con exactitud qué es ética, y sus diferencias teóricas con la moral, los valores, etc. - ejercicio que sólo tendría una utilidad teórica- .  Lo haremos, para aprender a ser personas más éticas. 

Entenderemos Ética como una  investigación reflexiva acerca de lo que es mejor para las personas.  Es ésta relevancia primordial del componente de la ética  marca la diferencia con la moral.    Para nuestros efectos,  la moral se ocupa de definir lo correcto según las costumbres – mores en latín -, mientras que la ética investiga la adecuación de la moral a cada situación en particular.

Una excelente aproximación a este carácter re - flexivo del que hablamos es la que nos da la profesora Cortina: “Entre los dinosaurios y los camaleones están las personas maduras, que tratan de discernir en cada momento qué valores y qué convicciones siguen valiendo la pena, e intentan encarnarlos de la manera más adecuada a una realidad social qué está en constante cambio”[2].

Es también una ética sistémica que comprende a los seres humanos siempre en contexto social y en perspectiva compleja.  Esto quiere decir que “Los sistemas ocultan las constricciones y emergencias que permiten sus saltos cualitativos internos, lo que se opone a la visión clásica del avance evolutivo lineal”[3].  Así, proponemos una ética que busca comprender el acto más que enjuiciarlo.



[1] Para profundizar en los fundamentos e inspiraciones de este curso ver los anexos 1 y 2 de la presente guía: “La Ética de la Incertidumbre” de Edgar Morin 2006 y “El buen trabajo en tiempos difíciles” de Howard Gardner y otros. 2001.
[2]Ética Civil y Religión” Adela Cortina.  PPC Editorial y Distribuidora S.A.  Madrid, 2002.  página 43.              
[3]   Morin, Edgar (2006); “El método 6,  Ética”; Traducción de Ana Sánchez; Ed. Cátedra, Teorema. Pagina129.



¿Qué es un Problema?

Aproximación a los problemas


Las estrategias de gestión de nuestros problemas a todo nivel: personales, grupales, organizacionales, sociales tienen relación directa con los modos en que entendemos lo que es un problema y de quienes son las  o la  persona dueña del problema. 

En muchas oportunidades pareciera que entendemos que los problemas son objetivos, son realidades externas a los seres humanos que los sufrimos.  Como si los problemas  tuviesen realidad propia, caminaran por la calle o estuviesen esperando que los veamos. 

En otras oportunidades también es posible ver que los entendemos como una realidad inseparable de quienes somos, por ejemplo, cuando decimos que tal persona “se está ahogando en un vaso de agua” o cuando decimos que tal otra persona “hace de todo un problema”.   

Para este curso, y en particular para poder profundizar en la dimensión ética de los problemas entenderemos los problemas como una relación entre un suceso (algo “objetivo”) y un dolor (una experiencia no grata de alguna persona).  Si no hay dolor no hay problema y por tanto todos los problemas tienen dueño, son de alguien.  Los problemas no tienen entidad propia, están siempre en relación a las personas que los viven como tales.  De aquí surge un aspecto central en la propuesta de fondo la matriz que estudiamos: Si quieres resolver un problema no puedes olvidar a quienes lo sufren.  “Si alguien nos dijera ‘tengo un tremendo problema, pero me da exactamente lo mismo’, inmediatamente pensaríamos que está mintiendo o que es un inconsciente. A la inversa, si nos damos cuenta que una persona está desanimada o cabizbaja, lo primero que se nos ocurre es que tiene un problema”[1].

Profundizando un poco más podemos ver que cada vez que vivimos con desagrado un evento, tenemos un problema, y se nos “aparecen” casi espontáneamente dos caminos de acción que son ambos, similar o igualmente dolorosos.  Si la experiencia “negativa” tiene, para quien la vive, solo una salida, diremos que tiene una dificultad o inconveniente, - sé lo que quiero hacer y cómo hacerlo, sólo debo abocarme a ello -, no un problema.  Si la experiencia negativa no tiene salida visible para quien la vive, - “no sé que hacer y esto me duele -, diremos que tiene una crisis. 

Así un problema tiene los siguientes componentes:

Evento + Dolor o molestia + Dos alternativas de acción “dolorosas”

En este marco entonces redactaremos el problema siguiendo la siguiente estructura:

“El problema de …..(la persona que los sufre y  desde la perspectiva de quien lo reflexionaremos), es decidir entre acción X … y acción Z…, porque , en principio,  X implicaría (tales consecuencias negativas)  y porque Z implicaría … (estas otras consecuencias negativas).  Por ejemplo:

El problema del Sr. Tantotanto es decidir entre (X) despedir a Juan o no despedirlo (Z), porque a despedirlo podría no ser justo ya que él no es el único responsable del error cometido, y porque no despedirlo sería malo para las relaciones de confianza que deben existir en esta compañía. 

Ejemplo  de Problema elaborado por un participante de la primera curso de ética que dí en la facultad: “Siendo estudiante de secundaria vi la película “El Día después de Mañana” quedé consternado por el problema que se planteaba para el pueblo mejicano: aceptar o no la inmigración de los estadounidenses huyendo del frío en su país, porque muchos de los ciudadanos que iban a entrar habían sido nada acogedores que los mejicanos y por tanto no se lo merecían y por otro lado sería una excelente oportunidad de enseñarles un trato decente a las personas que lo necesitaban”.
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[1] Tengo un problema… ¿Qué hago? Ensayo de Tecnología Humana”.  José Víctor Nuñez.  La Fuente Editores Ltda. Junio 2001. página 43